Por Antonio Sánchez Navarro. Detective Privado Lic.1231
Las organizaciones criminales internacionales se organizan cada vez mejor, sobretodo en lo que a estrategias de mercado se refiere. Estas organizaciones internacionales llegan a acuerdos para organizarse entre sí y actuar, dividiéndose, en distintas zonas geográficas.
Es por ello que todos los profesionales del sector de la seguridad, tanto pública como privada, pertenecientes a distintos países del mundo, deben desarrollar acuerdos para coordinarse y ampliar conocimientos y procedimientos de colaboración entorno a todo lo referente a la seguridad.
Las organizaciones criminales internacionales circulan diariamente por zonas tan importantes como Estados unidos (La Cosa Nostra), Hong Kong (Federación Wo), Italia (Mafia Siciliana), Rusia (Mafia Rusa) y Japón (Yakuza); otros países también importantes por sus organizaciones criminales son México, Nigeria, Kosovo, China y Colombia. Sus principales actividades criminales son el tráfico de drogas, el tráfico de personas y órganos humanos, el tráfico de armas y material nuclear y el blanqueo de capitales, de ahí que, como consecuencia de la envergadura de tales actividades se vayan creando nuevos equipos de profesionales cada vez más expertos y con material técnico muy sofisticado.
Históricamente la tecnología militar ha ido pasando al cabo del tiempo a formar parte de los equipos de las fuerzas policiales especializadas expertas en el crimen organizado internacional; no obstante ello, en la actualidad casi van a la par con las organizaciones criminales en el uso de tecnología puntera, debido a la mayor sofisticación de éstas, por lo que toda colaboración entre los distintos profesionales de la seguridad es necesaria para combatir el crimen organizado.
En este sentido, es importante el papel que desempeñamos los profesionales de la Seguridad Privada en el campo de la seguridad global: nuestros ojos, nuestra información, nuestra profesionalidad son imprescindibles. Los detectives privados somos los profesionales cualificados en dicho campo, y es preciso remarcar que el Estado nos engloba en el concepto de Seguridad Privada no por un mero capricho político -que igual que viene, va- sino por nuestra reconocida labor, siendo los que al fin y al cabo permanecemos al pie del cañón.
En conclusión, los detectives privados nos merecemos más respeto y mayor consideración profesional por los entes públicos a fin de no perdernos en los volubles caprichos de los distintos partidismos políticos, para poder colaborar con mayor competencia desde la Seguridad Privada con otros organismos internacionales y cooperar eficazmente contra las organizaciones criminales internacionales.